jueves, 2 de junio de 2011

Fotohistoria



Hace unos años tuve la suerte de visitar a unos familiares en Tarapoto, conocí la ciudad y los pueblitos que la rodean y comprendí por qué mis tíos y su prole se quedaron ahí. Pero no pienso hablar de las bellezas de geográficas de esa zona, sino de algo que me llamó la atención apenas llegué.
Y es que la noche de mi visita se celebró “El miss carnaval gay” y más allá de ver a los esculturales cuerpos de hombrunas féminas mi atención fue capturada por los asistentes a este espectáculo. Veía cómo las madres, vecino, hermanos, y parejas de los participantes aplaudían con fervor a su favorita, ya que el público estaba rebosante de la gente del pueblo quienes no hacían escándalo por ver a hombres en actitudes poco varoniles, si no que además dejaban que los niños jueguen cerca a la tarima, vean el show y compartan con ellos un momento de alegría. Incluso hubo un pequeño espectáculo a cargo de tres niñas (las de la foto) lo cual confirmaba que en la selva, las opciones sexuales no son un tabú, y que la tolerancia y el respeto es algo que hace que su pueblo sea agradable.

Ahora contra lo que podría pensar cualquier abuelita limeña, no es la gente de la selva sea “liberal” sin más o hijos del demonio, sino que evalúan más y tal vez mejor la realidad antes de llenarse de prejuicios absurdos. Por ejemplo, sé que cuando llegó la “moda emo” y los padres de los neófitos se informaron en qué consistía dicha “inclinación adolescente” hicieron una purga, cortando el pelo a los varones, señalando las prendas oscuras y demás parafernalia, no como un acto de violación a la libertad, sino como algo que contaminaba sus costumbres, ya que es ilógico que un lugar tan alegre alguien se deprima.

Esta es solo una de las razones por las que recuerdo con cariño mi viaje y por el que deseo volver.

Video de carnaval: http://www.youtube.com/watch?v=1-r549etrGE

Yared Medina Huaman
Alumno de Literatura y Lengua Española de la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle.

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